En este tiempo de Adviento, en el que comienza el año litúrgico, te volvemos a invitar a detenerte y reflexionar sobre el significado profundo de este tiempo y cómo podemos vivirlo plenamente en nuestra vida. El Adviento es una época de espera, de esperanza y de preparación para la llegada de Jesús. No es una espera pasiva, sino una espera activa y llena de esperanza.
Durante estas cuatro semanas, estamos invitados a detenernos, reflexionar y preparar nuestros corazones y nuestras vidas para recibir a Jesús que se hace presente en la humilde forma de un niño nacido en un pesebre.
Prepararse para la Navidad no significa solo decorar nuestras casas o comprar regalos. Prepararse implica reflexionar sobre nuestra vida, arrepentirnos de lo que hacemos mal y esforzarnos para vivir según los valores del Evangelio. La espiritualidad ignaciana nos invita también en Adviento a buscar a Dios en todas las cosas y a vivir de manera más consciente y reflexiva.
Este tiempo es también una oportunidad para renovar nuestra fe. Este curso queremos acercarnos a la Navidad a través de la contemplación de los personajes del Belén, así podemos descubrir valores y virtudes que nos ayudan a vivir este tiempo con mayor profundidad y significado.
Nuestro sublema “Game On: Aquí nace el Bien” nos recuerda que, cuando nos decidimos a seguir el camino que Jesús nos marca, el bien se activa en nuestras vidas y comenzamos a transformar nuestro entorno. Así, como educadores, tenemos la hermosa tarea de guiar a nuestros alumnos para que ellos también puedan encender el bien en sus corazones y aprender que este bien no es solo para ellos, sino para compartirlo con los demás.
Queremos vivir el Adviento desde nuestro lema:
- Ready (Preparación). Estar listos implica una preparación espiritual. Como María y José se prepararon para la llegada de Jesús, nosotros también debemos preparar nuestro corazón. Pregúntate: ¿Qué áreas de mi vida necesito transformar? ¿Cómo puedo preparar mi corazón para recibir a Jesús?
- Steady (Listos). Durante el Adviento, se nos llama a mantenernos firmes en nuestra fe y en nuestros valores. En medio del ajetreo y el bullicio de la temporada navideña, es importante encontrar momentos de calma y estabilidad. Esto puede ser a través de la oración diaria, la meditación, la Pausa Ignaciana y la participación en los sacramentos. Mantenernos «steady» nos ayuda a centrarnos en lo que verdaderamente importa: la llegada de Jesús.
- Go (Acción). El Adviento no es solo un tiempo de reflexión, sino también de acción. Estamos llamados a vivir nuestra fe de manera activa, haciendo el bien y haciéndolo bien. Esto significa llevar el amor de Dios a los demás a través de actos concretos de servicio y caridad. Piensa en maneras prácticas en las que puedes ayudar a los necesitados, ser un apoyo para los que están solos o compartir la alegría de la Navidad con quienes te rodean.
En el colegio, serán los personajes del Belén los que nos acompañarán durante este tiempo de Adviento pues nos ofrecen ejemplos concretos de virtudes que podemos llevar a cabo en estas cuatro semanas.
Algunas ideas que te puede ayudar a vivir el Adviento son:
- Oración diaria: Dedica tiempo cada día a la oración y la meditación. Habla con Dios y escúchale.
- Practica la Pausa Ignaciana: Al final del día, reflexiona sobre tus acciones y pensamientos. Agradece a Dios por las bendiciones y pide perdón por tus fallos.
- Participación en los Sacramentos: Asiste a la Eucaristía y recibe el sacramento de la Reconciliación.
- Actos de Caridad: Encuentra maneras de ayudar a los necesitados. Esto puede ser a través de donaciones, voluntariado o simplemente siendo amable y compasivo con quienes te rodean.
- Dedica tiempo de calidad a tu familia y amigos.
Te deseamos un Adviento lleno de oportunidades para hacer el bien y hacerlo bien, inspirados por el nacimiento de Jesús y por las enseñanzas de los personajes del Belén. Te animamos a llevar estas reflexiones a tu vida diaria y a compartirlas con tus estudiantes, para que juntos podamos vivir un Adviento lleno de esperanza, fe y amor.
